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NUEVA ERA |
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Por fín se marchó Heynckes. Se cierra un ciclo. El de la soberbia, la chulería, los malos modales, los fracasos... Y se abre otro. El de la ilusión, el de la humildad, el de la coherencia, el del trabajo... todo ello encarnado en Ernesto Valverde.
Es cierto que no tiene experiencia en banquillos de primera pero para todo tiene que haber una primera vez y sino que se lo digan a Javier Clemente. El "Txingurri" tiene las cosas muy claras. Le podrán salir o no, pero sabe por que va a luchar. Ha hablado de pelear por entrar en Europa y llegar en la Copa del Rey lo más lejos posible. Todo esto parece un obviedad pero ningún entrenador se había marcado objetivos en los últimos años; ni Heynckes, ni Txetxu Rojo ni tan siquiera Luis Fernández, por lo que el equipo se arrastraba, sistemáticamente, por la categoría, tan sólo espoleado cuando se le veían los cuernos al toro.
Se acabó eso de ver la peculiaridad del Athletic como una traba y no como una característica especial, única en el mundo, que hace a este equipo diferente. Un estímulo por el que luchar. Ya ha avisado Valverde a los jugadores que se tienen que implicar y jugar por y para algo, no dejarse llevar.
La economía del fútbol está como nuestra cartera, vacía, y eso, aunque parezca una contradicción, beneficia a los leones porque son los demás los que nutren de cartera y no de cantera. Creo que tan sólo tres equipos disponen de mejor plantilla que el Athletic, a saber, Madrid, Barca (por nombre más que nada) y Deportivo, porque luego hay otros conjuntos como Celta, Real, Atlético, Valencia, o Betis que cuentan con un plantel similar al nuestro, nunca superior.
Por esto mismo hay que afrontar la campaña 2003/2004 con optimismo. Habrá momentos difíciles, pero nada que un entrenador de casa, con ilusión, no pueda sacar adelante con la complicidad de los futbolistas.
Un poco de confianza.
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