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"Artístas" del balón |
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A mí me gusta el fútbol. Sobre todo, el buen fútbol. Para qué nos vamos a engañar. Ante cualquier jugada de categoría, yo, como cualquier otro aficionado al fútbol que se precie, se tiene que quedar maravillado dejando a un lado cualquier pasión por los colores.
Desde luego, mi pasión por el fútbol no sería tal de no haber visto los goles de Brasil en la final de Mexico '70, las jugadas de Maradona en Mexico '86, al Dream Team de Laudrup, Stoitchkov y Romario, o en la actualidad las virguerías de Zidane. Y es por esto por lo que reclamo para el fútbol la consideración de octavo arte.
Sin embargo, creo que tampoco hay que dejarse llevar por este pensamiento a creer que el fútbol tiene que ser una especie de espectáculo en plan Globe Trotters o peor aún, estilo Moulin Rouge, plagado de nenazas solo preocupados por pasarse los noventa emulando a los gemelos Derrick de Campeones.
Todo esto viene a cuento de una entrevista que tuve la oportunidad de escuchar en el programa El Larguero de la cadena SER recientemente. Acababa de jugar el Deportivo un partido de la Champions League en el que había ganado por 3 a 1 en Riazor al Lens con una actuación muy destacada de Diego Tristán. El Deportivo había tenido un encuentro muy complicado, ya que el equipo francés se había adelantado en el marcador y el fantasma del 0-4 del Milán acechaba en el alma de los deportivistas.
Sin embargo, en un segundo tiempo lleno de entrega de todo el equipo, el Deportivo consiguió remontar. Makaay anotó el primer gol en un remate de los que solo un auténtico artillero es capaz de dibujar, Capdevila rubricó el 2-1 en un gran contragolpe que terminó en la escuadra rival y el central Cesar cerró la cuenta ya en el descuento. Sin embargo, el locutor José Ramón de la Morena sólo tenía palabras para Diego Tristán y sus virguerías dentro del área. No hacía más que recordar que "la jugada en la que controla el balón y hace un sombrero en el área pequeña al defensa rompiéndole la cintura y quedándose solo debajo de la portería la pueden hacer muy pocos jugadores". Eso sí, "lastima que se quedó debajo de la portería y la tiró fuera".
Al día siguiente vi la jugada en cuestión (muy buena), y resulta que estaba ya casi en la línea de gol y la mandó al segundo anfiteatro cerca del banderín de corner. Pero para De la Morena eso daba igual: "la jugada ya merecía pagar la entrada. Por eso sí que hay que ver los partidos de fútbol, da igual que entre el balón o no". ¡Por favor, lo que hay que oír!. Luego entrevistó a Jabo Irureta y le volvió a repetir toda la retahíla de halagos a Tristán, con la guinda del comentario de la entrada. Irureta flipaba a cuadros: "Pero no sirve de nada la jugada si no termina en gol, además íbamos empate a uno y no podíamos permitirnos el lujo de fallar" decía contínuamente.
Es que encima tiene narices que De la Morena le hiciera esos comentarios a Irureta, un entrenador que tiene como sueño que su equipo marque cinco goles sin que tenga que pasar del medio campo.
Apagué la radio y me estuve imaginando cómo hubiera sido la entrevista si el partido hubiera quedado empate a uno con esa jugada fallada de Tristán. ¿Qué hubiera dicho De la Morena? ¿Les hubiera dicho a los deportivistas que han hecho bien en pagar la entrada porque han visto un sombrero dentro del área pequeña?. No creo que se atreviera. Pero sí me imaginaba que diría, con Paco González, Gallego y compañía defendiéndole, que la UEFA tenía que tomar cartas en el asunto y que, en caso de empate, contaran los sombreritos dentro del área pequeña, que para eso son la salsa del fútbol. ¿Os imaginais qué curioso serían los resultados de los partidos?: "Y en el global de la eliminatoria, Borussia Dortmund y Ajax de Ámsterdam empatan a dos, pero pasa a la final el Ajax por mejor coeficiente de sombreritos en el área pequeña." Patético. Y como no conseguirían modificar el reglamento, al final la culpa sería de Clemente, por su legado de fútbol patapumtero parriba que tanto daño ha causado a la sociedad. Como siempre, como acaban todos los debates de El Larguero.
Las cosas en su justa proporción. A quien no tenga calidad para hacer arte con el balón, habrá que exigirle orden y disciplina táctica, y a quién la tenga, habrá que exigirle que la use, pero que el equipo meta goles, por Dios. Y el que quiera pagar por ver chuminadas, que se vaya al Bombero torero.
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